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Homenaje en la residencia IMQ Igurco Unbe a Rafaela Sanz Vargas por su 105 cumpleaños

Sala de prensa - Residencias para mayores y centros de día
  • La alcaldesa de Leioa, Mari Carmen Urbieta, y el concejal de servicios sociales de esta localidad, Juan Carlos Martínez, han acudido al homenaje a la nueva mujer que ingresa en el selecto club de personas con más de 105 años.

La residencia IMQ Igurco Unbe ha realizado un homenaje esta mañana, con motivo de su centésimo quinto cumpleaños, a Rafaela Sanz Vargas, de Leioa. En la visita han estado presentes, por parte del Ayuntamiento de Leioa, su alcaldesa, Mari Carmen Urbieta, y su concejal de Asuntos Sociales, Juan Carlos Martínez. Asimismo, la homenajeada ha estado también arropada por varios familiares y amigos, entre los que destacan su hija Isabel Martínez, Gaude Fernández (yerno), Borja y Javier Fernández (nietos), así como Iker y Nagore Fernández, bisnietos, junto a Ana María Coego, nuera, y Maitane Aguirre. También han participado en el homenaje los residentes y profesionales de Unbe, como Nerea Alberdi, directora de la residencia y el doctor Iñaki Artaza, director Asistencial de IMQ Igurco.

La nueva bizkaitarra de 105 años ha recibido una gran tarta realizada en la residencia, junto a un vistoso ramo de flores, entregado por la alcaldesa de Leioa, además del abundante cariño mostrado por sus familiares, que la han arropado durante la celebración.

Semblanza

Aunque Rafaela Sanz Vargas es residente de IMQ Igurco Unbe, está empadronada en Leioa. Hace ahora 105 años, el 24 de octubre de 1913, Rafaela vino al mundo en Soria, donde vivía con sus padres y tres hermanos, en el seno de una familia que trabajaba en las labores del campo.

Tras la Guerra Civil española, en la que perdió con tan solo 20 años a sus padres y a su hermano mayor, contrajo matrimonio con Bernardino Martínez, quien fue su marido. Siendo pastor, el marido encontró trabajo en una portería, para así tener también alojamiento.

Posteriormente, cuando su única hija, Isabel, se casó, Rafaela Sanz Vargas y su marido se trasladaron a Bizkaia, y estuvieron trabajando en dos porterías: una en Bilbao, cerca de San Antón, y la otra en Algorta.

Tal y como ha expuesto Nerea Alberdi, directora de la residencia socisosanitaria IMQ Igurco Unbe, “Rafaela muchas veces comenta que antes era ella quien ayudaba a su familia, pero que ahora esa situación es al revés. Siempre le ha gustado muchísimo jugar a las cartas, al tute en especial”.

A Rafaela Sanz Vargas también le gustaba cocinar, practicar cualquier juego de mesa en compañía, y hablar con la gente. “Siempre ha sido muy sociable”, ha comentado Nerea Alberdi. “En la residencia todos los usuarios la adoran, así como los y las profesionales. Es muy cariñosa y atenta, y se preocupa por los demás residentes. Además, los besos que da y recibe al día son incalculables”, indica.