- La residencia foral para personas mayores IMQ Igurco Bilbozar ha puesto en marcha un programa de terapia acuática para sus usuarios. Algunos de ellos, no saben nadar todavía.
- La hidroterapia permite a los mayores el fortalecimiento del aparato músculo-esquelético, mejorar la movilidad y su circulación linfática, aumentar su equilibrio, trabajar su capacidad cardio-respiratoria y mejorar en la calidad del sueño.
- También sienten alivio en zonas doloridas o hinchadas y, mientras están en el agua, les desaparece la sensación de pesadez de los miembros inferiores y muchos de sus dolores físicos y articulares”.
La residencia y centro de día para personas mayores IMQ Igurco Bilbozar, ubicada en Bilbao y perteneciente a la red de infraestructuras sociales de la Diputación Foral de Bizkaia, acaba de poner en marcha, en colaboración con el polideportivo municipal de Bilbao Kirolak en el barrio de Miribilla, un novedoso programa para la promoción física de las personas mayores a través de terapia acuática. Así, bajo un programa diseñado por profesionales sociosanitarios del centro, dos grupos de residentes hombres y mujeres, realizan en esta piscina municipal una serie de ejercicios terapéuticos, bajo el control y la dirección del fisioterapeuta de la residencia, David Estallo.
Tal y como señala el fisioterapeuta de IMQ Igurco Bilbozar, “el medio acuático facilita a las personas mayores la realización de una gran cantidad de ejercicios, ya que al trabajar dentro del agua, se ejercitan con un mayor nivel de resistencia pero, sin embargo, la flotabilidad les permite sentirse liberados de su peso, propiciando una sensación de ingravidez y una libertad casi total para moverse”.
Los beneficios de esta iniciativa son tan atractivos para las personas mayores del centro que se han apuntado a estas actividades acuáticas personas mayores que no saben nadar, alguna, incluso, de más de 80 años “y otras con problemas de artrosis y movilidad reducida”.
David Estallo, fisioterapeuta de IMQ Igurco Bilbozar, destaca “la baja intensidad de los ejercicios y alto número de repeticiones aportan múltiples beneficios. Por ejemplo, permiten el fortalecimiento del aparato músculo-esquelético (espalda, piernas y brazos), mejoran la movilidad del mayor y su circulación linfática, aumentan su equilibrio (reduciendo el riesgo de tener caídas), trabajan su capacidad cardio-respiratoria y mejoran en la calidad del sueño (los residentes se duermen más rápido y por periodos de tiempo más largos). También sienten alivio en zonas doloridas o hinchadas y, mientras están en el agua, les desaparece la sensación de pesadez de los miembros inferiores y muchos de sus dolores físicos y articulares”.
Según explica Mónica Cuevas, técnica de animación sociocultural de la residencia IMQ Igurco Bilbozar, “hemos arrancado el programa, inicialmente, con dos grupos, uno de mujeres y otro de hombres. Cada uno tiene una sesión los viernes por la mañana. La duración es de una hora, para no fatigarles”. Todos los mayores van totalmente equipados con sus gorros, bañadores y escarpines. Así, bajo la dirección del fisioterapeuta y con la ayuda de un auxiliar, “podemos desarrollar la actividad con las máximas garantías de seguridad”.
Para la técnica, “hemos apostado por este proyecto con una gran ilusión y nuestra propuesta se ha visto enormemente respaldada por los residentes, que están encantados con la iniciativa. Especialmente, nos ha llamado la atención el afán de superación de algunos de ellos que, a pesar de su edad y de no saber nadar, no han dejado escapar la oportunidad de familiarizarse con el medio acuático y beneficiarse de una hidroterapia dirigida por profesionales”.