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Residentes de IMQ Igurco se sumergen en la creación artística de la mano de la asociación AmiArte

Sala de prensa - Residencias para mayores y centros de día
  •  “El arte transforma a las personas y es una potente herramienta para el desarrollo personal y la integración social de las personas”.
  • “La diferencia de situaciones, generaciones y niveles de los participantes enriquece a todo el grupo. Ser mayor no tiene que ser un problema para el arte: al contrario”.

Un grupo de personas mayores de la residencia IMQ Igurco Bilbozar, perteneciente a la red de infraestructuras sociales de la Diputación Foral de Bizkaia, ha comenzado una actividad de formación y creación artística en el centro de Bilbao, gracias a la colaboración de los miembros de la Asociación AmiArte, cuya sede se encuentra en la calle Gordóniz, 41, de la capital vizcaína.

Los profesionales de esta asociación, con una gran experiencia en iniciar procesos creativos, atienden a los residentes, explicándoles las diferentes técnicas artísticas, cómo iniciarse en ellas, los conocimientos básicos para la creación en el mundo del arte y todo tipo de dudas que plantean las personas mayores. Algunos de los participantes en esta experiencia proceden de otros países, por lo que la actividad también posee un componente intercultural.

El grupo de IMQ Igurco Bilbozar, que está formado por hombres y mujeres de edades comprendidas entre los 69 y 91 años, ha realizado unas creaciones “increíblemente libres y con una implicación total”, tal y como señala Begoña Intxaustegi, pintora y doctora en Bellas Artes. Los resultados han sido “sorprendentes” y cuelgan ya en las paredes de su residencia, invitando a visionarlos a familiares y trabajadores de la misma. Desde la puesta en marcha del proyecto, el grupo de personas mayores acude semanalmente a AmiArte para instruirse en la creación artística y expresarse a través de ella.

Para Begoña Intxaustegi, “el arte es un buen compañero para conectar con los conflictos existenciales y facilitar un espacio a personas de colectivos potencialmente vulnerables, como son las personas mayores. Entendemos el arte como una herramienta para el desarrollo personal y la integración social de las personas”.

Según expone, “el proyecto con los residentes de IMQ Igurco Bilbozar pretende ser una iniciativa comunitaria que enlace generaciones, integrando a personas mayores con la realidad social de su barrio. Este proyecto deja de lado las diferencias de edad y cultura y constituye un proyecto grupal para desarrollar un trabajo creativo que facilita la expresión personal a través del arte”.

Ocio activo, creativo y comunitario

Por su parte, Mónica Cuevas, técnica de animación sociocultural de la residencia IMQ Igurco Bilbozar, señala que “las actividades de ocio activo y comunitario siempre estimulan a nuestros residentes. En este caso, la motivación y la estimulación aumentan, puesto que salen de su entorno habitual, como es la residencia, y se integran totalmente en la vida social del barrio, sintiéndose partícipes de su dinamismo; a la vez, interactúan con otras personas, como son los voluntarios y formadores de AmiArte (algunos de ellos, de otros países y culturas), creando nuevas relaciones sociales, a la vez que aprenden”.

La salida supone “la apertura de pasiones latentes por el arte, por la pintura, por el color y por la sensación de sentirse vivo mientras se crea. Con esta iniciativa los propios residentes se han convertido en protagonistas de su propia obra”.

La experta de IMQ Igurco valora igualmente “la colaboración de los artistas de AmiArte, que complacientemente atienden nuestros ruegos y sugerencias. Nos orientan y nos guían para llevar a cabo nuestras propias obras de arte”.

Según confiesa, “los residentes son ayudados a sacar de su interior sus inquietudes y plasmar en el lienzo todo lo que les hace sentir y crecer. Al final de la primera sesión hemos traído un lienzo enmarcado a IMQ Igurco Bilbozar, para vestir de colorido las paredes del centro a fin de continuar haciéndolo más nuestro”.

Para la técnica de animación sociocultural de la residencia, “las sensaciones de satisfacción, de logro, de ‘autocapacidad’ y de superación se perciben en el ambiente al acabar cada sesión y la sonrisa y el brillo en los ojos de cada participante denotan un claro y sano orgullo con frases como «lo que he hecho a mi edad» y «quién me lo iba a decir», que se oyen en la sala”, concluye.