Natural de Zamora, se mudó a Bilbao en el año 1949. Buena parte de su vida ha vivido en el barrio de Altamira.
Se podría decir que 75 años son toda una vida. Y son ésos, precisamente, los que Adela Saida lleva viviendo en Bilbao. Sin embargo, esta centenaria nació hace 105 años en la localidad de Moraleja del Vino, en Zamora, y para el año 1949, cuando se mudó a la capital de Bizkaia, ya contaba con una trayectoria vital llena de acontecimientos. Recientemente, sus familiares y los y las profesionales de la residencia IMQ Igurco Zorrozgoiti, perteneciente a la red de infraestructuras de la Diputación Foral de Bizkaia, donde vive y es cuidada hoy Adela, le han organizado una entrañable fiesta de cumpleaños en la que no han faltado la tarta, las velas, el Cumpleaños Feliz, los regalos, una gran felicitación llena de buenos deseos y palabras bonitas por parte de toda la residencia y, sobre todo, el cariño de todas las personas que la conocen.
Compartiendo ese momento tan especial estuvieron varios miembros de su familia, entre los que se pueden citar su nieto, Daniel, y sus dos hijas, Marisa y Adela.
Semblanza
Adela Sadia nació el 30 de enero de 1919 en Moraleja del Vino, Zamora, en el seno de una familia humilde de ocho hijos. Con el tiempo, conoció en su mismo pueblo a Atanasio, con quien se casó a la edad de 24 años en la iglesia de su localidad natal. Tras la boda, se mudaron a León, donde Atanasio trabajó de palista.
Al quedarse embarazada, Adela quiso volver a su tierra para dar a luz, por lo que los primeros dos hijos del matrimonio nacieron en Zamora. Después, se volvieron a mudar, en este caso, a Sevilla, donde vivieron en una pequeña pero preciosa casa con rosales. Allí, Atanasio trabajó en una azucarera, conduciendo una excavadora. En la capital hispalense nacieron sus dos hijos pequeños. En total fueron dos hijos y dos hijas.
Cuando su hija pequeña, Marisa, tenía 7 meses (1949), toda la familia se mudó a Bilbao, nuevamente, por motivos laborales del padre. Y es que la madre de Atanasio trabajaba para gente adinerada de Bilbao. Gracias a estos contactos, el marido de Adela tuvo la oportunidad de trabajar en la Cantera Franco-Belga de Gallarta. Más tarde se fueron a vivir a Altamira y su marido cambió de cantera, a la de Miguel de la Vía.
Según reconoce la familia, en Altamira fueron muy felices. Toda la familia cuenta que Adela era muy buena vecina. También era ahorradora y muy buena gestionando los gastos de la familia. Le gustaba mucho coser (afición heredada), leer libros y escuchar las novelas de sobremesa a través de un pequeño transistor de la época.
Cuenta su sobrina Inés que Adela era un poco tímida y reservada pero que «lo daba todo por lo demás; lo suyo para todos». Son frases que repite toda su familia. También cuidó de algunos de sus nietos, hijos de Marisa. Con el tiempo, sus hijos e hijas se fueron casando y mudando a Basurto, Zorroza, Galdakao e Iturribide. Su maridó cayó enfermo, con un cáncer de laringe que, tras una operación, le dejó sin habla. Adela se dedicó a cuidarlo. Finalmente, Atanasio murió en 2014, a los 96 años de edad.
Adela siguió viviendo sola en Altamira pero tras varias caídas, roturas de cadera y —la última— de coxis, ingresó en una residencia cerca de su hija Marisa. Al de un tiempo, cambió de centro y fue a IMQ Igurco Zorrozgoiti. Tal y como admite Yolanda Arteagoitia, directora de esta residencia, «la familia está encantada con las instalaciones y el trato recibido. Aquí todo el mundo la quiere; es muy agradable con todos y, como dice ella, “Yo no me llevo mal con nadie, ¿para qué pelear?”». Sabias palabras.
Sobre la residencia IMQ Igurco Zorrozgoiti
La residencia y centro de día para mayores IMQ Igurco Zorrozgoiti está ubicada en el barrio de Zorrotza, en Bilbao. El edificio, perteneciente a la red de infraestructuras sociales de la Diputación Foral de Bizkaia, dispone de seis plantas asistenciales, 120 habitaciones —100 individuales y 20 dobles— con baño integrado y adaptado. La unidad residencial tiene capacidad para 140 personas y el centro de día, para 30. Tanto en la residencia como en el Centro de Día existen plazas públicas de la Diputación Foral de Bizkaia, así como plazas privadas.
El centro cuenta con una amplia gama de servicios donde destacan, entre otros, los planes de atención individualizados, optimización de la prescripción farmacológica, prevención y abordaje de la fragilidad, programas de actividades de ocio y tiempo libre, y comunicación permanente con los familiares mediante la aplicación Residencias Transparentes. Todo lo anterior es posible gracias a un equipo multidisciplinar de primer nivel, compuesto por profesionales de medicina, enfermería, fisioterapia, psicología, ciencias de la actividad física y el deporte, trabajo social, gerocultura y actividades socioculturales que garantizan los más altos estándares de calidad y confort para el usuario. IMQ Igurco Zorrozgoiti es un centro certificado como libre de sujeciones.