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La prevalencia de la diabetes aumenta con la edad; frente a ella, son esenciales una valoración integral y la prevención y detección precoz de posibles complicaciones.
Esther Barrena
Supervisora de Enfermería
IMQ Igurco Unbe
El 14 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Diabetes, enfermedad crónica que aparece cuando el páncreas no produce insulina suficiente o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce.
La diabetes mellitus (DM) está estrechamente ligada al envejecimiento y su prevalencia se incrementa marcadamente con la edad. Es un factor de riesgo para desarrollar discapacidad. El anciano diabético presenta un mayor riesgo con respecto al no diabético de desarrollar complicaciones vasculares, mayor carga de comorbilidad, y síndromes geriátricos como deterioro cognitivo, caídas, fragilidad, polifarmacia (consumo de cinco fármacos o más) y deterioro funcional.
El diagnóstico precoz y el abordaje multidisciplinar reducen las complicaciones. Detectando precozmente todos estos síndromes geriátricos, actuando sobre ellos con un plan terapéutico global e integrado, se logrará sin duda un mejor control metabólico global de la enfermedad y se minimizará el riesgo de desarrollar episodios adversos en forma de hipoglucemias.
Una valoración integral por parte de la enfermera debe ocupar un lugar predominante, poniendo especial énfasis en la prevención y detección precoz de aquellas complicaciones que tengan un impacto funcional significativo. La participación de la enfermería es fundamental para conseguir unos objetivos metabólicos, la captación del paciente y resultados a largo plazo.
Educación y estrategias terapéuticas
La educación terapéutica en diabetes es una herramienta fundamental para conseguir motivar y capacitar al paciente y su familia en la gestión de la DM. En estos pacientes, la estrategia terapéutica debe garantizar una buena calidad de vida, prevenir las complicaciones agudas, emplear el menor número de fármacos posible, controlar adecuadamente la tensión arterial y mantener la glucemia dentro de los límites aceptables.
Las intervenciones educativas en diabetes mejoran a corto y medio plazo la hemoglobina glicosilada, los lípidos, el peso, los conocimientos sobre la diabetes y los estilos de vida saludable, mejorando la calidad de vida. La enfermera seguirá las intervenciones en alimentación, actividad física, fármacos, peso, consejos higiénicos, prevención y cuidado de lesiones.
Todo ello, para favorecer una detección precoz de las complicaciones vasculares, optimizar el estado funcional físico, cognitivo, afectivo y social. En definitiva, mejorar la calidad de vida y la sensación de bienestar.
Modelo de atención a la persona mayor con diabetes
Valoración funcional:
- Función física: actividades básicas e instrumentales de la vida diaria.
- Función mental, aspectos cognitivos y estado del ánimo
- Función social.
Valoración clínica:
- Control glucémico individualizado.
- Reconocimiento temprano de los síntomas de hipoglucemia grave.
- Control de la presión arterial en cifras inferiores a 140/80 mmHg.
- Vigilancia de pluripatología (salud visual, renal, vascular, etc.).
- Tratamiento agresivo de las complicaciones vasculares del pie diabético.
- Vigilancia del riesgo de caídas y tratamiento de la osteoporosis.
- Ejercicio físico, tanto aeróbico como de potencia.
- Programa individual de rehabilitación y recuperación funcional.
Tratamiento no farmacológico:
- Educación y motivación del paciente mayor y su núcleo familiar.
- Dieta: diseñada específicamente por un profesional para cada caso en concreto.
- Ejercicio físico: mejora la sensibilidad a la insulina. En general, se recomienda la caminata en el horario matutino durante una hora y, como mínimo, cuatro veces por semana.