- El 11% de las mujeres mayores presenta un consumo de alcohol de riesgo.
- Las mujeres mayores con un consumo crónico de alcohol son más jóvenes que la media de los pacientes de las unidades de recuperación funcional, tienen alto poder adquisitivo y un mayor nivel de estudios.
- En el colectivo, se aprecian síntomas depresivos, consumo de fármacos psicotrópicos, malnutrición y afectación hepática.
Los resultados de un estudio llevado a cabo en Euskadi titulado “Alcoholismo y fracturas en mujeres mayores de una unidad de recuperación funcional”, expuesto en el XIV Congreso Europeo de Medicina Geriátrica, celebrado en Berlín, ha puesto de manifiesto que la dependencia alcohólica en las mujeres mayores “es causa de caídas de repetición y, consecuentemente, fracturas, además de comprometer la salud de los huesos e incrementar el riesgo de osteoporosis”. El estudio tiene como primer autor al doctor Iñaki Artaza, director Asistencial de IMQ Igurco, y ha sido defendido en el congreso europeo por Vicenzo Malafarina, colaborador habitual en trabajos de investigación con IMQ Igurco.
El estudio ha tenido como objetivo la determinación de las características de las mujeres con problemas de consumo crónico de alcohol en el momento del ingreso en una unidad de recuperación funcional, tras una fractura ósea. El estudio prospectivo observacional se realizó durante 2017 y analizó las características sociodemográficas de estas pacientes, además de su situación cognitiva, emocional, nutricional y hepática. Las mujeres presentaron al ingreso fracturas de cadera, pelvis, vértebras, costillas y de los dedos del pie (metatarsos).
“En los resultados hemos constatado que todas las mujeres con dependencia alcohólica que ingresaron en la unidad tenían un historial previo de caídas recurrentes debido al abuso en el consumo de esta sustancia. Asimismo, encontramos que las mujeres estudiadas tenían una edad menor que la media de usuarios de la unidad de recuperación funcional, además de un mayor poder adquisitivo y un mayor nivel educativo”, explica el director Asistencial de IMQ Igurco.
Otro de los aspectos relevantes derivado del análisis de la investigación, es la constatación de que “todas las mujeres admitidas en la cohorte del estudio tenía síndromes depresivos y tomaban, al menos, dos psicofármacos, a la vez que mantenían el abuso en el consumo de alcohol”.
Otro hallazgo de los investigadores es que “la dependencia alcohólica en este grupo de mujeres mayores ha influido en la aparición de malnutrición, osteomalacia (desmineralización de los huesos) y alteración de la función hepática. Todo ello nos recalca la conveniencia de la valoración clínica, completa, al ingreso en las unidades de recuperación funcional”, destaca el geriatra de IMQ Igurco.
La comunicación científica tiene también como coautoras a Lucía Barandiarán, María Urien, Noelia Fernández, Nerea Alberdi y la médico geriatra, Naiara Fernández, de la Unidad de Rehabilitación Funcional de IMQ Igurco Unbe, en Erandio, Bizkaia.
El alcohol es la sustancia de abuso más utilizada entre los adultos mayores; se estima que el 17% de los hombres y el 11% de las mujeres presentan un consumo de riesgo.