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Soporte emocional de cuidadores de personas mayores institucionalizadas

Sala de prensa - Residencias para mayores y centros de día

Amaia Loizaga López
Psicóloga
IMQ Igurco Zorrozgoiti

Cuidar de una persona mayor con deterioro cognitivo y/o deterioro funcional en el domicilio requiere un ajuste organizativo de la vida laboral, familiar y social de los cuidadores que afecta directamente en su salud física y mental. Por ello, muchos de estos toman la decisión de llevar a su familiar a una residencia. Sin embargo, esta decisión no suele ser fácil.

Cuando los cuidadores deciden llevar a su familiar a una residencia aparecen en ellos sentimientos ambivalentes, compaginando algunos negativos como la culpabilidad, la tristeza, la impotencia, el miedo, etcétera y otros más positivos como la liberación y la tranquilidad.

El cuidado de los familiares complementa los cuidados profesionales que se proporcionan desde la residencia, ofreciendo así un cuidado integral de la persona mayor.

Como bien sabemos, para cuidar de una manera adecuada es necesario que el cuidador esté bien y cuide también de sí mismo. De esta manera, desde los centros residenciales se hace necesario ofrecer un soporte emocional a los familiares cuidadores de los residentes. Éste se puede ofrecer a través de:

a) Reuniones con la familia y el departamento de Psicología. Se trata de escuchar el punto de vista que la familia tiene sobre el residente, mientras que el/la psicólogo/a le proporciona información y una explicación de la evolución de éste. En base a esto se indican ciertas pautas individualizadas que ayudarán a gestionar el cuidado y la relación con su familiar de una manera más adecuada.

b) Grupos de apoyo. En éstos participan varios familiares cuidadores de los residentes y un/a psicólogo/a. Estos grupos permiten compartir los sentimientos y la situación de cada familiar, lo que hace que no se sientan solos frente a sus dificultades y puedan también obtener ideas de lo que los otros hacen. Al encontrarse los familiares en la misma situación hace que se sientan más entendidos, disminuyendo sus miedos y la culpabilidad. Igualmente, en estos grupos el/la psicólogo/a da pautas e ideas que favorezcan el cuidado hacia el residente.

Teniendo en cuenta la trayectoria de los grupos de apoyo en la residencia IMQ Igurco Zorrozgoiti los testimonios de los familiares que participan constatan la importancia de la necesidad del soporte emocional en las residencias y los beneficios de este tipo de ayuda.

Soporte emocional

El soporte emocional del cuidador tiene que estar encaminado a:

a) Ofrecer un espacio en el que el cuidador pueda compartir lo que está sintiendo en relación con la atención de su familiar residente, en el que pueda hablar tanto de las dificultades como de los aspectos positivos. Además de ayudarle a aceptar los sentimientos que siente y la oscilación de éstos.

b) Entender que el cuidador debe atender también el resto de esferas de su vida (familia, pareja, amistades, trabajo, tiempo libre). Es muy importante que el familiar cuidador no se centre única y exclusivamente en este papel, sino también en el de padre, madre, hermano/a, amigo/a, laboral, etc.

c) Aceptar el proceso de la enfermedad o del deterioro cognitivo de su familiar, entendiendo que éste puede sufrir cambios a nivel cognitivo, afectivo y conductual, y que éstos se deben al proceso degenerativo y no a un acto voluntario de su familiar. Es fundamental no personalizar ciertos comportamientos de su familiar con deterioro cognitivo o demencia.

d) Ver a su familiar tal y como es ahora, tratando de valorar y dar importancia a las cosas que sí puede hacer. Una sonrisa, una mirada o una caricia pueden significar mucho. No hay que esperar que vuelvan ciertos aspectos suyos que ya no están.

En conclusión, es relevante ofrecer un soporte emocional a los cuidadores de nuestros residentes por los beneficios que aquél ofrece, tanto para el cuidador como para los residentes.

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